La mala economía, la falta de trabajos y las leyes se están convirtiendo en un mal sueño para los inmigrantes.<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
Phoenix, (EFE).- La mala economía, la falta de trabajos y leyes estatales cada vez más duras contra la inmigración ilegal en Arizona están convirtiendo el "sueño americano" en una pesadilla para familias inmigrantes que han optado por dejar el estado.
De acuerdo con estadísticas recientes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en este estado la población indocumentada disminuyó de 560.000 en enero de 2008 a 460.000 en enero de 2009.
A nivel nacional, la población de inmigrantes indocumentados descendió durante este mismo periodo de 11,6 millones a 10,8 millones.
Otros estados que reportaron una importante disminución en la población ilegal incluyen Florida y Nueva York, con 14 por ciento, mientras que en California bajó en un 9 por ciento.
En contraste, entre 2000 y 2008 la población indocumentada en Arizona había crecido un 70 por ciento frente a 37 por ciento a nivel nacional, según DHS.
Para Armando Contreras, director de la Cámara de Comercio Hispana de Arizona (AZHCC), la crisis económica ha sido una de las principales causas de la pérdida de empleos en sectores como la construcción del cual dependían muchas familias inmigrantes.
Estadísticas del Departamento del Trabajo de Estados Unidos revelan que desde diciembre de 2007, en Arizona se han perdido aproximadamente 261.000 empleos, lo que representa el 9,8 por ciento de la fuerza laboral del estado.
Activistas como Jennifer Allen, directora de la Red de Acción Fronteriza en Arizona, culpan a las leyes estatales antiinmigrantes del éxodo de inmigrantes.
En enero de 2008 entró en vigor en Arizona la ley estatal de sanciones a empleadores, que obliga a los negocios a verificar el estatus migratorio de sus trabajadores y penaliza a los negocios que contraten "sin papeles" a sabiendas.
Esta ley trajo como consecuencia que muchos negocios despidieran a sus trabajadores por temor a las sanciones, haciendo mucho más difícil la posibilidad de encontrar un trabajo si no se cuenta con un número válido de Seguro Social.
"La situación está muy difícil, nosotros solamente estamos esperando que los niños terminen el año escolar y si las cosas no mejoran, creo que no nos quedará otra que regresar a México", dijo a Efe Rosario Estrada, inmigrante originaria de Oaxaca.
Estrada llegó a EEUU en enero de 2003 para reunirse con su esposo, que ya tenía un año viviendo y trabajando en Phoenix como cajero en un restaurante hasta que fue despedido dos meses después de que entrara en vigor la ley estatal de sanciones a empleadores.
"Desde entonces no ha podido tener un trabajo fijo, tiene que conformarse con hacer trabajitos por aquí y por allá pero cada vez está peor la situación", sostuvo Estrada.
La inmigrante, madre de tres hijos -todos ellos nacidos en Estados Unidos- señaló que siente mucho temor de que su esposo pueda ser detenido en algunos de los operativos que realiza el alguacil del condado Maricopa, Joe Arpaio, en contra de la inmigración ilegal.
"La vida aquí cada vez es más difícil, no sólo porque ya no hay trabajo, no hay dinero para pagar las deudas y también debe uno preocuparse por no ser arrestado", lamentó.
La familia tuvo que dejar la casa que ren

Fuente

Impre.com

Fecha de Publicación