Mi nombre es Camila Uribe-Holguín y mi sueño siempre fue realizar una maestría en Biología en el exterior. Éste sueño se cumplió en el año 2013 cuando me radiqué en Múnich- Alemania, una ciudad que cuenta con respetadas instituciones científicas y colecciones biológicas reconocidas a nivel mundial. 


Antes de radicarme en esta ciudad, ya había sido aceptada en una Universidad en Barcelona para realizar mi maestría. Sin embargo, un viaje de tan solo 4 días a Alemania me cambió la perspectiva y la forma de pensar. Mi futuro cambió. Cancelé todo en Barcelona y empecé de nuevo con mi nuevo destino en mente. Es difícil de explicar, pero así fue. 


En realidad no tuve mayor preparación antes de migrar. Investigué sobre algunas universidades reconocidas en el campo, sus costos, posibles becas y el costo de vida en general. 


Lo que dicen muchas personas es verdad, el choque cultural es abrumador. En Múnich las estaciones son muy marcadas y fuertemente influenciadas por los Alpes. El invierno es largo y muy frío y el verano es muy muy caliente. Es increíble la forma en la que las personas se ven influenciadas por estos cambios. En invierno, a pesar de tener los mercados navideños Weihnachtsmarkt, donde se disfruta del vino caliente, las personas son más calladas, más calmadas hasta más pensativas, se podría decir. Durante el resto del año, se realizan en diferentes ciudades de Alemania festivales que reflejan la felicidad de las personas. 


Es importante tener presente que Alemania cuenta con aproximadamente 16 Estados que se rigen bajo diferentes leyes- obviamente hay unas leyes generales-. Mientras Baviera, por ejemplo, es uno de los estados más conservadores, Múnich es definitivamente más liberal. 


La maestría que curso la dictan en inglés, es más, varios de mis compañeros hablan inglés-. No es un secreto que el idioma (alemán) es bastante complicado, cuando llegué no sabía decir- ni mucho menos pronunciar- una sola palabra. Con el tiempo he ido aprendiendo y hoy puedo decir que me defiendo. Eso sí, nunca sentí que el idioma sería un obstáculo en mi proceso migratorio.


No es que sea un secreto, muchos saben lo estrictos que son los alemanes. Eso es difícil de asimilar cuando intentas integrarte; aunque también depende de cada uno. Múnich es una ciudad donde hay muchos planes culturales que invitan a la integración. Hay que saber que el primer acercamiento siempre va a ser difícil, son serios, fríos, distantes. Con el tiempo se van volviendo muy buenos amigos y hasta crees entender su humor.


Conseguir vivienda en Múnich es bastante difícil; En el caso de los pisos privados, los costos son muy altos y casi siempre hay que aplicar compitiendo con muchísima gente y esperar a que lo elijan a uno. Hay más oportunidades en pisos compartidos, pero es difícil encontrar un lugar donde vivir por más de un año. 


Múnich cuenta con uno de los parques más grandes de Europa, adicionalmente hay muchos museos de arte como las Pincacotecas y varios museos de ciencias. Sobra mencionar que aquí se encuentra uno de los jardines botánicos más grandes de Alemania. 


Alemania como la gran mayoría de países europeos brinda facilidad para viajar a bajo costo por lo que recomendaría viajar por Bavaria, el estado más grande. Allí podrán rodearse de naturaleza y conocer maravillosos castillos. Múnich conserva aún muchas tradiciones y festividades típicas como Oktoberfest y en el cumpleaños de la ciudad hay personas con trajes típicos. En estas festividades así como en los famosos Biergarten se disfruta de la comida típica del estado.


Esta experiencia me ha transformado completamente. Considero que definitivamente me he convertido en una persona más organizada con mi tiempo y gracias a esta maestría que hoy curso, he visto muchas opciones laborales en mi carrera. Esta experiencia me ha abierto las puertas a cosas nuevas y he aceptado oportunidades que se me presentan, cosa que antes posiblemente no hubiera hecho. Siento que hoy soy una persona más sociable, me gusta participar en los eventos culturales que se organizan, aprender, y empaparme de esta cultura que es verdaderamente fascinante. 


Definitivamente extraño a mis papás, a mi familia, mis amigos, mi casa y a mi gata. Afortunadamente mi hermano está radicado en Barcelona por lo que me es fácil visitarlo, pero no hay nada que se compare con los grandes almuerzos familiares que organizábamos en Bogotá. Especialmente en invierno extraño mi casa, y el clima no tan agresivo. La comida colombiana es inigualable; aunque aquí hay formas de conseguir (hay que buscar muy bien) algunos ingredientes, la cocina nunca es la misma. Es difícil asimilar que mis amigos se están casando, otros están teniendo hijos, y yo me estoy perdiendo todo eso. 


A quienes están pensando en migrar les recomendaría especialmente que aprovechen la oportunidad para estudiar en el exterior; les abre puertas laboralmente y es una experiencia muy gratificante. ¿Qué mejor que aportarle a nuestro país con conocimiento y experiencias? Les aconsejaría también buscar becas, aplicar a todo concurso que encuentren. Las cosas no siempre son fáciles y a decir verdad, la pereza a veces nos gana. Si quieren adquirir nuevas experiencias, hay que hacer las cosas bien, hacer las tareas, averiguar y persistir. 


No sé cuando regrese a mi país, pero cuando lo haga, tendré la plena certeza de que aproveché cada segundo de esta experiencia, que aprendí, que gocé, y a fin de cuentas cambié. 

 

 

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