Mi nombre es Martha Lucia Rocha Gutierrez, soy nacida en la ciudad de Bogotá, madre de dos hijos y cabeza de hogar. Actualmente vivo en Chile.
Viví por mucho tiempo en el departamento del Meta y luego regresé a la capital; allí me costó mucho ubicar trabajo permanente como técnica administrativa, afortunadamente vivía en casa de mi padre junto a mis dos hijos. La inestabilidad laboral fue la razón que me impulsó a salir del país. Con la inmensa responsabilidad que tengo como madre consideré como lo más acertado viajar al exterior en buscar de mejores horizontes.
En principio viajé a la ciudad de Buenos Aires y, debo confesar, dejando un poco la vida a la suerte, pues no tenía claridad de lo que iba a hacer allí. Sabía que se venían buenas cosas pues llevaba la convicción y motivación de que encontraría una mejor calidad de vida, por mis hijos, así que mantuve la fe de que este viaje me llevaría a algo muy positivo.
Aproveché mi estancia en esta ciudad. En mis largas caminatas conocí sitios muy hermosos, encontré gente muy amable, cosa que rompió ese paradigma de que los argentinos son petulantes y creídos. No obstante, y quizás por la época – verano-, me costó ubicar trabajo; por fortuna y justo en el lugar donde vivía compartía con unas chicas chilenas que estaban estudiando y con las que hicimos una muy linda amistad. Ellas me sugirieron irme a Santiago de Chile, así que después de organizar algunos detalles tomé un bus rumbo a Santiago de Chile.
Desde hace 7 años que resido en esta ciudad. Inicié el proceso de mi visa definitiva, logré encontrar trabajo y especialmente sentirme segura, Al año de mi estadía logré reunirme con uno de mis hijos quien vivió conmigo durante 4 años.
Entre los aspectos más relevantes sobre mi residencia en este país, y entre lo más complejo, ha sido el trato con las personas; en general el ciudadano chileno es muy parco, la gente no sonríe mucho y es poco amable, principalmente se debe, desde mi punto de vista, a diversos factores: es un país muy aislado, sus límites fronterizos son de difícil acceso, la majestuosa cordillera de los Andes, la cordillera de la costa, y por otro lado la gente aún tiene muy marcada la época de la dictadura.
Los chilenos son por lo general muy serios, sin embargo debo rescatar que tengo grandes y muy bonitas amistades chilenas y, además, he encontrado compañeros, de este país, con los que me llevo estupendamente. Con la masiva migración las cosas están cambiando y así como hay gente xenofóbica también hay personas que aceptan y se sienten agradecidas por las nuevas culturas que enriquecen la diversidad.
Parte de mi labor en este país ha sido promover y difundir la cultura colombiana a través de eventos culturales en espacios públicos y en forma gratuita con el fin de acercarnos e integrarnos a este país que nos acoge; ha sido un trabajo titánico pero hemos alcanzado grandes logros.
Lo que más me impactó fue vivir cada una de las estaciones del año, la primavera, el otoño, el verano y el invierno; este último ha sido el más tenaz; Es muy difícil sobrevivir a estos fríos y a la contaminación tan fuerte; en esta zona del país llueve muy poco y esta es la única forma de poder tener un mejor aire.
Vivir acá es costoso. Se puede decir que 1000 pesos chilenos son aproximadamente 4000 mil pesos colombianos. Por otra parte, si bien hablamos el mismo idioma, el español del chileno es muy difícil de entender, suprimen muchas palabras en su pronunciación y algunas tienen un significado diferente en relación a nuestros modismos.
En cuanto al tema laboral, la mano de obra extranjera está muy bien catalogada especialmente en la atención al cliente y es así como muchos connacionales trabajan en ese rubro. La continua llegada de extranjeros ha generado también algunos cambios frente a las leyes migratorias en pro de facilitar procesos de visado.
Indiscutiblemente lo que más extraño es a la gente colombiana que trabaja y con la alegría que enfrentan el diario vivir, la gastronomía y los sitios fantásticos y maravillosos que tiene Colombia.
Las historias publicadas no representan una posición del Ministerio de Relaciones Exteriores, ni del Programa Colombia Nos Une, y obedecen únicamente a percepciones propias del autor.
Si usted desea compartir con otros colombianos su proceso migratorio, de adaptación al país al que llegó, el choque cultural o compartir anécdotas durante su residencia fuera de Colombia, envíenos un correo a colombianosune@cancilleria.gov.co con asunto “Experiencia Migrante”. A través de este medio se le harán llegar las indicaciones correspondientes para la publicación de su historia.