Con su hablado paisa y su dejo descomplicado, Carlos Reyes completa ya diez años haciendo bailar los ritmos típicos colombianos a más de 800 personas de todas las edades y, por supuesto, de todas las nacionalidades en Canadá.
Carlos nació y creció como bailarín en el Ballet de Antioquia, y luego de viajar a Canadá, por allá a finales de los 90, decidió que lo suyo era mostrar en Montreal lo que sabía hacer y, aún mejor, enseñarlo a otros. Creó entonces el Ballet Raíces de Colombia, donde sus primeros alumnos fueron colombianos, pero luego las clases se llenaron de representantes de todos los rincones del planeta. Hoy tiene estudiantes africanos, caribeños, europeos y de varios países de América, incluyendo por supuesto, Canadá.
“No hay nada más lindo que ver a un canadiense o a un africano vestidos con chumbes del traje típico de nuestra Guaneña”, dice Reyes levantando la voz, sin disimular la emoción que le da incluso pronunciar el nombre de aquella danza propia del departamento de Nariño.
Reyes no solo es el director artístico sino también es el coreógrafo y, como si fuera poco, el diseñador de vestuario. Dicta clases, mueve ánimos y hasta exalta sentimientos cada vez que deja sentir su voz cuando regaña a sus alumnos. Pero él dice que es el reflejo de la pasión por lo que hace.
Tal será su pasión por dar a conocer Colombia que todos los bailarines del Ballet deben aprobar los exámenes de geografía (con mapa incluido), de historia y, algunas veces, hasta de política y de la actualidad nacional que él les programa.
Ese contagioso interés por mostrar todo lo que signifique nuestro país es el que lo ha llevado a recibir reconocimientos en diferentes ciudades de Canadá. El más reciente lo obtuv
Consulado de Colombia en Montreal