Mi nombre es Natalia Marriaga y vivo en Beijing, China. 

He vivido acá durante dos temporadas, una entre 2008 y 2010, y desde 2013 hasta ahora para un total de casi cinco años. Antes de venir a China por primera vez, estaba haciendo mi pregrado en Bogotá y vine a Beijing en un programa de intercambio de idioma, ya que había estado estudiando mandarín por un tiempo en la universidad. Estuve en China durante dos años y medio antes de regresar a Colombia. Luego volví en 2013 y he estado acá desde entonces cursando una maestría en Relaciones Internacionales. 

Antes de venir, había estado estudiando mandarín un tiempo, lo cual francamente no me preparó en lo más mínimo para enfrentar este idioma tan distinto. Sin embargo, tenía muchísimas ganas de aprender y eso fue lo que más me impulsó a venir. Para prepararme consulté con amigos cercanos que habían estado acá antes, sobre todo una que había vivido acá hacía un par de años. Hay que entender que el cambio que ha sufrido Beijing desde 2008 hasta hoy ha sido impresionante y ahora el choque cultural es mucho menor (aunque igual es impresionante) para los extranjeros. 

Justo al llegar, lo más impactante fue la magnitud de todo. En China todo es grande, todo es magnánimo. Los edificios tienen que ser los más altos, las calles deben tener el mayor número de carriles, lo eventos tienen que ser los más grandes. Además, llegué durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, así que todo estaba minuciosamente planeado para impresionar. Para ponerlo en perspectiva, una vez un taxista chino me dijo que Hangzhou (al centro oriente del país) era una ciudad pequeña; Hangzhou tiene casi siete millones de personas. 

Beijing es la capital de China y la sede de gobierno, más no la capital financiera. Está ubicada al norte del país (de hecho, Beijing en mandarín significa ‘capital del norte’), por lo que las estaciones son bastante marcadas. El invierno es largo seco, hay mucho viento y la temperatura baja considerablemente (entre  -5˚C y -10˚C). El verano también es largo, bastante húmedo y la temperatura alcanza unos 35˚C. Las ciudades del sur (como Shanghái y Guangzhou) son mucho más húmedas, lo que hace que los veranos sean más difíciles de sobrellevar. Sin embargo, los inviernos son cortos y la temperatura no suele llegar a negativos. Esto no quiere decir que no haga frío, en el sur los inviernos también son muy húmedos y es más difícil deshacerse de ese tipo de frío que del frío seco. En últimas, yo prefiero estar en Beijing a -15˚C secos, que en Shanghái a 0˚C húmedos.  

En todo el país se habla mandarín, pero cada provincia, ciudad, pueblo tiene su propio dialecto, lo cual no puede ser equiparado a un acento. El shanghainés es totalmente distinto al mandarín, tiene fonemas y sonidos que en mandarín simplemente no existen. Y del cantonés ni hablar. Es otro idioma. Pero todo el mundo aprende a hablar mandarín en la escuela, independiente de lo que se hable en su casa. Beijing se ha vuelto una ciudad muy internacional y hay miles de migrantes de todos los países, pero sigue sin ser cosmopolita como sí lo es Shanghái o Guangzhou. Por eso, es muy ventajoso aprender mandarín, o por lo menos lo básico para poder sobrevivir si alguien planea vivir acá. No es usual encontrar taxistas o cajeros de supermercado que hablen inglés, y fuera de las zonas más habitadas por extranjeros, el inglés realmente no predomina, ni ayuda. 

A decir verdad, es sumamente difícil integrarse a la sociedad china por varios motivos. Uno, es el idioma, indispensable para ser parte del tejido social. Si por ejemplo, un extranjero decide tener una pareja seria china, tiene que poder interactuar con los padres de esa persona, y probablemente esta interacción ocurrirá en mandarín. Pero también es el simple hecho de que nos vemos físicamente muy distintos. 

Una de las cosas más chocantes que le oirán decir a los que vivimos en Beijing (y que pasa mucho menos mientras se esté más al sur) es que en el norte la gente escupe en la calle todo el tiempo. Yo ya llevo muchos años acá y ya no me importa; aunque me sigue pareciendo espantoso. Otra cosa que puede chocarle a la gente es la falta de espacio personal. En China hay gente siempre en todas partes, lo que hace de los quehaceres diarios empresas caóticas. El metro siempre está lleno, los buses siempre están llenos, los parques siempre están llenos, los mercados siempre están llenos. Eso hace que la gente siempre esté cerca de uno y que uno sienta constantemente que todo es un ‘tumulto’, pero es algo a lo que hay que acostumbrarse porque no hay otra opción. Finalmente, y esto es algo que pasa cada vez menos en las grandes ciudades, pero sigue siendo común en sitios más pequeños.

Por otra parte, yo, personalmente, amo la comida china. Es sumamente variada, ya que este es un país enorme. Sin embargo, este es un punto de debate con muchos migrantes. Hay gente que viene acá y solo come en restaurantes extranjeros o en su casa. Pero siento que hay que por lo menos darle la oportunidad a la comida. Si una persona literalmente va al otro lado del mundo, sería una lástima si solo come en McDonald’s. 

Los chinos son culturalmente muy distintos a nosotros. Acá parece no haber filtro social para nada, así que es común que hagan preguntas que nosotros consideramos privadas e inapropiadas tan pronto conocen a un extranjero (cuánto gana al mes, cuánto pesa, por qué no se ha casado si ya tiene X años, etc.). Estas son simple diferencias culturales y no hay que tomarlas como ofensas en lo más mínimo. Son, por lo general, personas amables que, así suenen exasperados (porque el mandarín, para mí, simplemente suena agresivo), están dispuestos a ayudar. Ahora, para quienes hacen negocios, la percepción puede ser distinta. Los chinos (como cualquier persona que hace negocios) siempre quieren sacar provecho de la situación. Puede que los occidentales se encuentren con actitudes que, escudadas en las diferencias culturales, resultan inadmisibles. Pero ese es un riesgo que hay correr y aprender a sortear. 

Para quienes quieren migrar acá, hay varios asuntos que deben tener en cuenta. Los arriendos en las grandes ciudades son inimaginablemente costosos, pero los extranjeros por lo general ganan muy bien en sus trabajos, especialmente si los contratan empresas y están acá con visa de trabajo. La mayoría de extranjeros vive en arriendo y dependiendo de sus ingresos y situación laboral viven en apartamentos compartidos con una o dos personas. Muchas veces esas personas son desconocidas, pero esa es una situación muy normal.

A los extranjeros los tratan muy bien estando acá, y básicamente pueden hacer y comportarse como quieran siempre y cuando no quiebren la ley (especialmente los ‘tres pecados’ que la administración actual está combatiendo con todo su empeño: prostitución, juego y drogas).

Cuando llegué acá en 2008, había considerablemente menos colombianos y en general latinos de los que hay ahora (aunque seguimos siendo pocos comparados con los europeos, estadounidenses u otros asiáticos como coreanos), y pocas personas sabían qué era Colombia. Muchos me preguntaban si era en África (ya que yo soy morena), otros tantos sabían del buen café, algunos identificaban estrellas del fútbol de los años 90 (el Pibe, el Tino). Nadie nunca me ha preguntado por drogas, cosa que sí me pasa en Occidente cada vez que digo que soy colombiana. Actualmente, sobre todo después del mundial de fútbol Brasil 2014, muchas más personas reconocen el nombre del país y lo asocian con buen fútbol y con James Rodríguez. Pero en 2008 nadie sabía qué era Colombia, y una de las cosas más graciosas me ocurrió en un mercado, cuando un vendedor me preguntó de dónde era. Al decirle que era colombiana, me respondió que en mi país hacen ropa muy costosa. Me tomó un tiempo descifrarlo, pero luego entendí que se refería a Columbia Sportswear, la marca de ropa estadounidense. 

Finalmente, China es lejano y distante en todo sentido, pero es un sitio maravilloso a pesar de todos sus problemas. Cualquier persona que desee venir a visitar debe hacerlo ¡YA!, pues los cambios en cuanto a urbanización están transformando las ciudades vertiginosamente. Beijing está llena de atractivos turísticos y culturales impresionantes como la Gran Muralla, el Palacio de Verano y el Templo del Cielo, todos sitios hermosos. 

Vivir en Beijing ha sido una experiencia espectacular, llena de retos y satisfacciones. Por algo he estado acá todos estos años. Pero extraño la patria, a mi madre y a mi hermana, la calidez de la gente, la familiaridad de las cosas, la conveniencia de explicar una situación de salud en el propio idioma. Pero sobre todo la comida.
 
 

El Programa Colombia Nos Une quiere compartir con los colombianos alrededor del mundo las vivencias y anécdotas de nuestros compatriotas en sus procesos migratorios. A través de estas historias buscamos compartir con la comunidad colombiana (residente en el país y en el resto del mundo), desde la experiencia de colombianos migrantes, la importancia de apoyar la decisión de migrar con un proceso de información sobre el lugar y la sociedad de destino.

Si usted desea compartir con otros colombianos su proceso migratorio, de adaptación al país al que llegó, el choque cultural o compartir anécdotas durante su residencia fuera de Colombia, envíenos un correo a colombianosune@cancilleria.gov.co con asunto “Experiencia Migrante”. A través de este medio se le harán llegar las indicaciones correspondientes para la publicación de su historia.

Las historias publicadas no representan una posición del Ministerio de Relaciones Exteriores, ni del Programa Colombia Nos Une, y obedecen únicamente a percepciones propias del autor.

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hola cordial saludo, te escribo desde Rionegro Antioquia me puedes explicar por favor el paso a paso para sacar la visa china, debo ir a la embajada, pedir cita?, la verdad sé muy poco y se que tu ya tienes experiencia en el tema, te agradecería mucho. mil gracias, mi correo es ramonsabogalalzate@gmail.com, espero tu respuesta.

Buen día mi nombre es Juan Carlos vivo en Medellin, para el mes de Octubre voy a viajar a Beijing y desde hay salgo a Zhengzhou, quiero saber si me puedes ayudar a ubicar desde el aeropuerto hasta la estacion del metro que va a zhengzhou. mi estadia en zhengzhou es una competencia de Shaolin y practicas de shaolin kung fu con el maestro Shi De Yang. mil gracias por la atencio y la ayuda. soy el unico participante que va desde Colombia a dicho festival de shaolin kung fu.