Mi nombre es Andrea Benitez. Soy Bogotana y Comunicadora Social y Periodista de la Universidad Sergio Arboleda; cuando trabajaba en Colombia, en Candela Estéreo en el área de producción radial y locución, mi novio me propuso matrimonio, pero en ese momento los dos teníamos diferentes planes. Mientras yo pasaba mis papeles a España para una maestría en Periodismo Investigativo, él buscaba una especialización en Finanzas, en Argentina. A él lo recibieron primero que a mí, así que un mes después de casarnos alistamos nuestras maletas y llegamos a Buenos Aires. Hace 8 años vivimos en esta ciudad cosmopolita y ha sido una experiencia realmente maravillosa.   

 

La verdad conocía muy poco sobre Argentina, no tenía idea de sus costumbres, solo tenía como referencia el obelisco, el fútbol y el tango. En las páginas web salían obviamente las típicas fotografías y guías de los lugares turísticos como el puente de la mujer, Caminito, La Bombonera o la Casa Rosada; buscamos un poco más y nos pusimos en la tarea de descargar los mapas con las rutas del subte, las paradas de los autobuses, trenes y barrios. Desde Colombia hicimos la reserva para alquilar un departamento que estaba dentro de nuestras posibilidades económicas y que compartimos con mi hermano por un tiempo mientras nos acomodábamos. En realidad viajamos con limitada información, aunque en ese entonces pensábamos era la suficiente. También teníamos al día los pasaportes, el pasado judicial, todos los diplomas apostillados incluido el registro de nacimiento y el matrimonial. 

 

Al aterrizar, Buenos Aires me dio dos sorpresas: una muy grata y la otra no tanto. La linda sorpresa fue la bienvenida de tesoros arquitectónicos franceses, palacios convertidos en bellísimas bibliotecas públicas, centros comerciales y universidades antiguas; cúpulas cargadas de historia, amplios parques, museos y espacios culturales para disfrutar los 365 días del año, unas autopistas increíbles con excelente planeación vial y señalización. La otra sorpresa fue la terrible humedad en el ambiente, la verdad es que aún no he podido acostumbrarme a ella y creo que tampoco ningún argentino lo ha hecho, todos se quejan de la altísima humedad de Buenos Aires que a veces puede llegar al 100% y cuando eso sucede significa bañarse casi tres veces al día. 

 

El tema de las estaciones son inversas a las del norte, es decir, si en esos sectores están en verano nosotros estamos en invierno, que cuando llega puede ser algunas veces terriblemente frío, porque la humedad lo intensifica, así que siempre debemos estar demasiado abrigados. Aprendí a usar las estufas y la calefacción.  

 

Por otra parte, aunque compartimos el mismo idioma, hay muchas palabras que usan con diferentes significados, como por ejemplo "afanar" para ellos significa robar. Una costumbre colombiana que los ofende es la palabra "regalar", pues ellos lo toman literal cuando uno pide que le "regalen la cuenta" y se forman grandes malentendidos; ni que decir sobre la palabra "coger", esa es mejor eliminarla totalmente de nuestro vocabulario si no queremos pasar por groseros, lo adecuado para ellos es "agarrar" o "tomar". La lista es tan larga que podríamos escribir un diccionario completo. 

 

Los argentinos en general son muy amables, ayudan a los extranjeros a ubicarse cuando los ven perdidos, son de trato cordial y les encanta la forma de hablar de los colombianos, dicen que somos muy educados y usamos bien el español. Muchas veces preguntan por el tema de la guerrilla o sobre el narcotráfico, todo esto les despierta curiosidad, por lo que muestran los noticieros o las novelas colombianas, a veces es incómodo, pero con el tiempo uno se acostumbra a explicar un plano general de la situación actual.  

 

En comparación con la idiosincrasia colombiana, pueden ser algo distantes, secos y a veces muy malgeniados. En muchas ocasiones hay que hablarles lento para que nos comprendan mientras se habitúan a nuestro acento. 


 
Hablando de otros aspectos de la ciudad, el sistema de transporte, es variado, organizado y esta subsidiado por el gobierno lo que lo hace económico, excepto por los taxis que tienen una tarifa alta. Las personas son muy respetuosas con los espacios designados para discapacitados, embarazadas, adultos mayores o niños. También cumplen con el orden de las filas, dan prioridad a los que salen de los medios de transporte y luego ingresan los demás. La forma de pago se debe realizar con una tarjeta electrónica personalizada. La policía y otros servicios de emergencia como bomberos o ambulancias son de respuesta inmediata y eficaz ante cualquier eventualidad. 

 

El nivel educativo del país en general, es de alta calidad. Para tener un buen trabajo, con contrato estable y los aportes sean realizados en tiempo y forma, es indispensable contar con papeles en regla, incluido el permiso para trabajar en la ciudad y residencia al día. Las oportunidades son moderadas, depende  del rubro y el cargo al que se aspire.  

 

Uno de los aspectos más difíciles para muchos extranjeros al llegar es el alquiler de departamentos porque no es una tarea fácil, los precios son excesivamente altos  para construcciones que, a veces, son demasiado viejas y se debe pagar en dólares, a parte por adelantado un mes y dar un deposito más en caso de daños ocasionados en la vivienda; adicional a esto, tener garantía, es decir, tener un propietario de algún inmueble en la Capital que confirme que nos conoce y que estaría dispuesto a responder por nuestra mensualidad ante el no pago del alquiler. Es por esto que muchos estudiantes se deciden por hostales o vivir con otros amigos para dividirse y minimizar costos.  

 

Una anécdota algo traumática para mí, pero que al mismo tiempo demuestra la solidaridad de los argentinos, fue cuando recién llegamos a la ciudad y estábamos conociendo el subte (sistema metro), al llegar a una de las estaciones todas las personas bajaron demasiado rápido pero yo no alcance a salir, por lo que me quede sola dentro del vagón viendo a mi esposo y a mi hermano afuera. Mi angustia fue terrible porque no tenía conmigo el mapa y no conocía a donde me llevaría la siguiente parada. Una estudiante se dio cuenta de mi situación e inmediatamente me ofreció ayuda, aun cuando estaba con todo su grupo de amigos, se despidió de ellos y bajo conmigo hasta que llegaran a buscarme, sin importar el tiempo que le tomara. Se llama Javiera y nunca olvidare su nombre porque este gesto fue el más amable que jamás habíamos visto por parte de una completa desconocida y le estaré eternamente agradecida por eso.  


     
Buenos Aires es una ciudad encantadora que, incluso hoy, todavía estoy descubriendo porque siempre hay algo nuevo que me llama la atención; en esta ciudad le dan notable relevancia a los actos culturales durante todo el año con entradas gratuitas a eventos como "La noche de los museos"; conciertos con grandes artistas nacionales e internacionales; "La noche de las librerías"; "La feria de Colectividades"; recreación y actividades infantiles y también es muy interesante visitar el barrio chino cuando reciben el año nuevo, el jardín Japonés, navegar por el delta, caminar los domingos por San Telmo, visitar sus parques temáticos, existe un sinnúmero de actividades que te sacan de la rutina cada día. 

 

Toda esta experiencia me ha enriquecido de una forma muy positiva, al igual que a mi hijo, el Argentino de la casa, quien ya va a cumplir seis años y tiene un estilo de vida muy sociable, pues suele reunirse con sus amigos después de clases para tomar  onces. El ambiente creativo que se encuentra en las calles y exposiciones lo han envuelto de tal forma que le ha despertado un gusto muy particular por la lectura, estudia piano, se sabe de memoria los recorridos de los museos y ya tiene sus propios restaurantes y lugares favoritos. Además en el jardín incentivan tanto a los deportes que dentro del pensum de las clases figuran fútbol y natación.  

 

Nos gusta tanto vivir en esta ciudad, que incluso creamos un blog familiar donde contamos las experiencias de cada lugar que visitamos, la mayoría de ellos dentro de Argentina. 

 

Buenos Aires nos ha dado tranquilidad, invaluables amigos y gratos momentos, aunque eso sí, restaurante colombiano que inauguran, restaurante colombiano que visitamos, porque extrañamos mucho los sabores de nuestro país, al igual que las montañas y obviamente a toda la familia.  

 

Un consejo para las personas que están considerando la idea de venir es que analicen con detenimiento los detalles del departamento en alquiler, es decir, fijarse muy bien que no tengan filtraciones de agua, que las estufas funcionen perfectamente para cuando llegue el invierno y que preferiblemente no queden sobre restaurantes porque el tema de las cucarachas es complicado. También procuren estar pendientes del suelo cuando caminen por la calle para que no pisen desperdicios de animales, porque eso es muy frecuente aquí, es una mala costumbre que tienen, las calles pueden llegar a ser muy sucias, pero  haciendo de lado estos aspectos negativos, que aprovechen todas las posibilidades que Buenos Aires les da para divertirse y estudiar. Es una ciudad que enamora. 
  

 

Si usted desea compartir con otros colombianos su proceso migratorio, de adaptación al país al que llegó, el choque cultural o compartir anécdotas durante su residencia fuera de Colombia, envíenos un correo a colombianosune@cancilleria.gov.co con asunto “Experiencia Migrante”. A través de este medio se le harán llegar las indicaciones correspondientes para la publicación de su historia.
Las historias publicadas no representan una posición del Ministerio de Relaciones Exteriores, ni del Programa Colombia Nos Une, y obedecen únicamente a percepciones propias del autor.

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