Por: Ana María Durán
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Hace algunos años, en una de sus múltiples investigaciones en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Lina María Saavedra, junto a su grupo de trabajo, encontró tres especies de peces. Motivada por este gran descubrimiento trabajó algunos años como taxónoma, hasta el día en que decidió cambiar el rumbo de su carrera y dedicarse a una labor más social. Buscó entonces la oportunidad de estar en contacto con comunidades necesitadas en Colombia.

Así se vinculó a la Universidad del Magdalena como Coordinadora de Proyectos de Manejo Costero, y en el 2006 comenzó un doctorado, gracias a una beca de Colciencias, en Recursos Naturales y Ciencias de la Tierra en la Universidad de New Hampshire (Estados Unidos).

Hoy, esta colombiana activa, emprendedora y llena de vida, es la ganadora de una de las 15 becas que entregan la Unesco y L´Oréal alrededor del mundo. El próximo año el premio tendrá su versión especial para Colombia con más becas para mujeres investigadoras en el campo de la ciencia.

¿En qué consiste el proyecto de investigación que va a comenzar gracias a esta beca?

La idea es trabajar con comunidades de pescadores artesanales en Colombia. El gran problema con los pescadores es que no los identificamos dentro de un rol en la sociedad, es una población muy vulnerable con bajas condiciones de vida y marginalidad. Hay una falta increíble de reconocimiento a su labor. Asimismo, el proyecto busca evaluar la idea de una estrategia que se está usando en otros países del trópico que se llama Comanejo, con las cual las comunidades mismas se hacen responsables de los recursos, toman decisiones, cuidan y administran el área. Esperamos poder combinar sus propuestas y conocimientos con bases científicas para ver así qué soluciones posibles hay. Eso sí, ellos mismos son los investigadores.

¿Cuáles son las zonas en las que van a trabajar?

Vamos a trabajar con comunidades que lleven mucho tiempo dependiendo de la pesca, por eso tenemos pensando escoger 4 comunidades del Caribe y 4 del Pacífico. Necesitamos trabajar en ambos lados. Mucha gente nos ha contado que los pescadores del Pacífico están más organizados, que tienen asociaciones, cooperativas y consejos comunales, mientras que en el Atlántico son más individualistas. Eso hace una gran diferencia. La idea de Comanejo es entonces que exista una comunicación más fluida entre el gobierno y las comunidades.

¿Qué otros países han implementado esta estrategia?

Filipinas, por ejemplo, ha trabajado con el Comanejo desde hace 20 años y le ha ido muy bien. También México, Costa Rica y Chile.

¿Cuáles son las ventajas de la pesca artesanal?

En primer lugar, la pesca artesanal es para los pescadores el sustento de toda la familia, ellos viven de lo que pescan diariamente. En segundo lugar, la pesca artesanal es una actividad cultural, ellos hacen sus propias redes, comparten ritos, costumbres y tradiciones que giran en torno a la pesca.

¿Y la pesca industrial?

Nuestra pesca industrial no es adecuada. Hoy en día no existen en Colombia estudios serios que evalúen cuáles recursos se pueden explotar y cuáles no. La pesca industrial en Colombia es un negocio, ha sido una práctica de momento. Por ejemplo, en otros países hay cruceros anuales para tener un control de cada especie cada año. Falta conciencia y educación, no se toman decisiones adecuadas y no existen programas serios de control.

¿Hay esperanza de cambiar las cosas?

En Colombia se están haciendo muchas cosas pero la verdad es que no hay un programa que conecte a todos los que estamos trabajando en investigaciones. Nos hace falta tener un plan general, un camino que sigamos todos.

Fuente

Conexión Colombia. www.conexioncolombia.com

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